El impresionismo es uno de los movimientos modernistas más conocidos; tuvo sus comienzos en Paris hacia 1870 con las pinturas de Edouard Manet y Claude Monet, quienes exploraron los efectos de las nuevas técnicas en pintura como manchas y grupos de puntos para representar el comportamiento de la luz en las escenas cotidianas. Para los impresionistas, éstas eran técnicas que le daban mayor realismo a la pintura, pues funcionaban de la misma manera que funciona el ojo humano. 

Como respuesta a este movimiento, otros artistas rechazaron la idea de que las imágenes y las palabras sirven para representar o denotar las cosas con precisión. Para los poetas simbolistas como Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé, el arte tiene la función de sugerir y evocar cosas que no se limitan a lo que tenemos al frente; para estos artistas, los sueños y las experiencias místicas nos enseñan a entender los objetos comunes como símbolos de algo irreal y más profundo que la realidad cotidiana.

Estos movimientos se inspiraron en el efecto que producían los leitmotivs o “motivos guía” de las obras de Richard Wagner  quien comenzó a romper con las reglas tradicionales de la armonía para sugerir estados místicos y profundos. 

A su vez, las composiciones de Wagner, y los desarrollos en poesía y pintura del impresionismo y del simbolismo llevaron a Claude Debussy a experimentar con técnicas de orquestación y combinaciones armónicas para obtener efectos similares. Su obra se asocia tanto con el impresionismo—por su tratamiento del timbre y las armonías difusas—como con el simbolismo—por el tratamiento que da a la forma musical y porque emplea poesía simbolista en sus composiciones.

En La Mer (1905), una obra para orquesta de tres movimientos—o tres “bosquejos sinfónicos”—Debussy empleó una orquesta expandida para obtener mayores posibilidades sonoras y una armonía densa para ofrecer una imagen, a la vez pictórica (impresionista) y subjetiva (simbolista) del océano en tres momentos diferentes. A continuación puedes escuchar el tercer movimiento, titulado «diálogo entre el viento y el mar.»

El compositor colombiano Guillermo Uribe Holguín , quien estudió en Paris entre 1907 y 1910, adoptó el lenguaje del impresionismo francés, combinándolo con ritmos y motivos melódicos tomados de la música tradicional colombiana, especialmente en su colección de piezas de carácter 300 Trozos en el sentimiento popular.

Otro compositor que se inspiró en las técnicas de orquestación del impresionismo es Olivier Messiaen, quien supo combinar elementos de los ragas hindúes, el canto llano , y su afición por la ornitología y los cantos de los pájaros en obras como la sinfonía Turangalîla.