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Historia de la orquesta / Unidad 4: Desde 1967 / Géneros y formas

Transformando la tradición: fusiones y versiones sinfónicas

Inspirados en las ideas del romanticismo, los movimientos nacionalistas, latinoamericanistas, indigenistas y los músicos asociados a la música tradicional en Colombia durante la primera mitad del siglo 20 compartían el propósito de producir nuevos géneros y estilos musicales que de alguna manera expresaran las características de cada nación o de cada pueblo, así como lo habían logrado algunos compositores en Alemania, Francia, Italia, o Rusia.

Desde Carlos Chávez hasta o Emilio Murillo, los compositores latinoamericanos experimentaron con formas musicales, lenguajes más o menos vanguardistas y técnicas para intregrar los instrumentos, las melodías o las expresiones populares y tradicionales al lenguaje sinfónico. Sin embargo, en las composiciones de nacionalistas como Dvořák, Chávez o Uribe Holguín, los elementos de la música popular o tradicional se empleaban casi solo como citas o alusiones. 

A comienzos del siglo 21 encontramos una situación diferente: por una parte, los compositores se han enfocado más en las composiciones individuales que en los movimientos o escuelas del pasado. Por otra parte, el lenguaje de la música sinfónica ya no tiene un estatus diferente al de las otras músicas, como parecía tenerlo a finales del siglo 19 y comienzos del 20. En lugar de integrar citas al lenguaje sinfónico “universal,” encontramos arreglos orquestales de composiciones de música tradicional, es decir, adaptaciones de piezas tradicionales para la orquesta sinfónica, empleando las técnicas de  más no necesariamente el lenguaje romántico o modernista; así, las características originales de las composiciones se preservan o se combinan libremente con el lenguaje sinfónico.

Con la creación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá aumentaron las oportunidades para los compositores colombianos de experimentar con nuevas formas de integrar la música tradicional al lenguaje sinfónico y de acercar sus obras a un público más amplio. En 1976, la OFB contrató al compositor Francisco Zumaqué, quien estudió en el Conservatorio Nacional antes de radicarse en Francia, para que entregara quincenalmente un arreglo de música popular para la orquesta. 

La aproximación de Zumaqué a los arreglos de música tradicional estaba inspirada tanto por la música de Lucho Bermúdez, el jazz y el impresionismo, así como en la música atonal y la música electroacústica, que conoció de mano de Olivier Messiaen y Pierre Schaeffer. Así como las obras “posmodernistas” de la mísma época, los arreglos de Zumaqué permitieron que las barreras entre la música sinfónica y la música tradicional se volvieran múcho más permeables. 

El siguiente paso en esta tendencia consistió no solo en hacer arreglos de la música tradicional para que fueran interpretados por la orquesta, sino en integrar a los músicos tradicionales a la orquesta misma para interpretar arreglos de su música en forma de conciertos para orquesta y solista.

Es el caso de la serie de conciertos Mestizajes, en la que músicos como Totó la Momposina, ChocQuib Town, el Grupo Bahía, Andrea Echeverri de Aterciopelados, entre otros, compartieron el escenario con la orquesta para interpretar arreglos de obras de música tradicional como El Pescador, o sus propias composiciones. En la misma línea encontramos proyectos como Kraken Filarmónico, cuyo lider y voz principal Elkin Ramírez contacto a la OFB para realizar un concierto sinfónico en el Auditorio León de Greiff y en el festival Rock al Parque así como un CD grabado en Bogotá. La OFB también ha realizado colaboraciones similares con Puerto Candelaria, Maria Mulata, y la agrupación de hip hop Los Petit Fellas. Todas estas colaboraciones son una de las maneras en las que la orquesta sinfónica contribuye al desarrollo de las nuevas formas musicales.

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