Introducción
Historia de la orquesta / Unidad 2: El Romanticismo / Contexto histórico y social
El Romanticismo
El Romanticismo fue un movimiento artístico y cultural de gran influencia en Europa y el mundo. En sus comienzos, alrededor de 1800, fue un movimiento literario que defendieron algunos escritores como Wordsworth y Shelley en Inglaterra, Tieck, Novalis y E. T. A. Hoffmann en Alemania y más adelante Rafael Pombo y Jorge Isaacs en Colombia.
Hacia 1820 ya había compositores que se denominaron a sí mismos “románticos”, buscando aplicar los ideales del romanticismo a la música, aunque también es cierto que algunos de estos escritores, especialmente E. T. A. Hoffmann, se inspiraron en la música de algunos compositores románticos, especialmente .
Hoy, la palabra “romántico” y especialmente la “música romántica” la asociamos con el amor, como cuando hablamos de las canciones de “salsa romántica”. Si bien es cierto que los escritores y compositores románticos se enfocaron en cómo expresar el amor a través de la poesía y la música, éste no es el único rasgo del romanticismo.
El ideal del romanticismo está en el cultivo y la expresión de los sentimientos más profundos del individuo. Para los románticos, la vida diaria es opresiva y aburrida, y sólo a través del arte se puede trascender—ir más allá—y alcanzar un estado espiritual superior. Los artistas buscaban, por todos los medios, la manera de representar lo infinito y lo absoluto, una expresión pura desligada de todo lo terreno. Igualmente, uno de los conceptos románticos más importantes fue la búsqueda de la libertad, tanto en términos artísticos como en términos sociales.
Aunque el romanticismo como movimiento artístico fue relativamente corto, sus ideales transformaron completamente las ideas que, incluso hoy, tenemos sobre el arte y los artistas. Así como la novela nos permitió adentrarnos en la vida interior de los personajes y sus conflictos emocionales, los románticos vieron cómo la música representaba las mismas emociones de forma mucho más dinámica y natural.
Es más, la música tenía una característica que la ponía por encima de todas las demás artes: puesto que podía representar o expresar las mismas emociones sin ayuda de las palabras, la música parecía expresar lo inexpresable, lo infinito y lo absoluto, es decir, lo que más deseaban los artistas románticos. Fue gracias a esta cualidad que la música alcanzó el estatus que incluso hoy tiene entre las demás artes.
Igualmente, la idea que hoy tenemos del artista como un genio incomprendido, que lucha contra la sociedad a la vez que produce obras de arte que expresan lo que nadie más es capaz de articular, es un producto del romanticismo. De la mano de este concepto surgió la idea de que las composiciones musicales son obra de genios (en su mayoría hombres), cuya inspiración queda plasmada en las partituras. Igualmente, como se consideraba que las obras eran inspiradas por el espíritu del genio, se llegó a considerar que debían ser respetadas hasta el último detalle y tener completa fidelidad hacia la obra: los intérpretes debían transmitir las intenciones del compositor sin añadir nada que el compositor no hubiera planeado, mientras que la audiencia debía adoptar un tipo de escucha particular, y seguir las obras de comienzo a fin con la máxima atención y devoción, como si se tratara de una experiencia religiosa.
Es importante recordar que hasta el siglo 19 la composición era una ocupación rutinaria; las obras se escribían para ocasiones específicas y podían olvidarse o adaptarse y reescribirse sin mayores preocupaciones. Era muy común que los compositores emplearan la música de una composición para otra función, incluso empleando música religiosa en los conciertos o viceversa.
Durante el romanticismo y a lo largo del siglo 19 se comenzó a crear un culto alrededor de compositores como y ; para este último, la música sinfónica y el drama musical eran equiparables a los rituales religiosos de la mayor importancia. Estas ideas transformaron radicalmente la manera en la que se entendía la labor de los compositores y especialmente del estatus que tenían las composiciones musicales, que pasaron de ser objetos de uso a tener un valor artístico por encima de las prácticas musicales comunes.
Con la llegada a Colombia de las obras de , y , y a su vez inspirados por las revoluciones de 1848, algunos compositores colombianos adoptaron los ideales del romanticismo. Entre ellos encontramos a , quien también era reconocido como pianista y director de la Sociedad Filarmónica, así como al compositor y multi-instrumentista , quien tuvo una vida trágicamente romántica.
Aquejado por constantes problemas de salud, Quevedo pasó la mayoría de su tiempo casi en reclusión total, dedicado a estudiar las obras de , y Friedric Chopin y a componer fugas, variaciones virtuosísticas, fantasías para orquesta, y varias obras religiosas incluyendo la Misa de Réquiem en fa menor, mejor conocida como “La Negra”. Además del repertorio orquestal, los géneros predilectos de los compositores románticos fueron el Lied y las miniaturas.
El romanticismo también tenía una importante dimensión política que tuvo grandes consecuencias en nuestro país. Debido a su pasión por la libertad, los artistas románticos se sintieron inspirados por los grandes cambios sociales ocurridos a finales del siglo 18 como la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, la Independencia de los países latinoamericanos y el nacionalismo del siglo 19. A a su vez, estos movimientos inspiraron las guerras del periodo republicano y el desarrollo del partido liberal y los movimientos socialistas en el país.