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Historia de la orquesta / Unidad 2: El Romanticismo / Géneros y formas

La ópera romántica

La ópera alcanzó su mayor popularidad durante el siglo 19 y se puede decir que opacó a los demás géneros de música tanto vocal como instrumental. Para los románticos, la ópera era la forma de arte suprema: la música servía para combinar el drama, la poesía, el teatro e incluso la filosofía. Poco a poco, la ópera dejó de ser un mero entretenimiento para la nobleza y se convirtió en un vehículo para explorar los temas más profundos de la humanidad tal como ésta se comprendía en la Europa del siglo 19.

La ópera romántica comienza con el auge del  en las óperas de Gioacchino Rossini, Gaetano Donizetti y Vincenzo Bellini, quienes fueron muy populares durante todo el siglo 19. Estos tres compositores, inmensamente prolíficos, desarrollaron un estilo melódico y una organización formal que superó la polaridad entre y de la ópera barroca y clásica. En lugar de dividir la narrativa y los momentos introspectivos de los personajes en dos estilos diferentes, los compositores del siglo 18 como Christoph Willibald Gluck se habían preocupado por combinar musicalmente la acción dramática con la expresión emocional de los personajes. 

Con el bel canto se desarrolló un esquema formal más complejo llamado  o forma convencional (en italiano) basada en la acumulación de tensión dramática, aumento de tempo, y complejidad musical. La solita forma consiste en una introducción, una sección de o diálogo, un lenta sin repeticiones, llamada , un interludio llamado «tempo de mezzo» que conecta la cavatina con la , que es un aria más rápida de carácter virtuoso. En la escena final de cada acto, hay una sección de cierre que agrupa a todos los personajes de la escena en un ensamble de gran complejidad.

Introducción
Recitativo o diálogo
Adagio o cavatina
“Tempo di mezzo”
CabalettaFinale Stretta
Sección instrumental lentaEn tempo medio con poco acompañamientoAria de forma simple a o ab sin repeticiones.
Un interludio que interrumpe la acción con la llegada de otro personaje
Un aria más animada que la cavatina, de forma más compleja y con más virtuosismo, usada para los momentos más dramáticos.Sólo en la escena final de cada acto; la parte más rápida, usualmente con varios personajes que cantan al mismo tiempo como parte del clímax dramático

La cavatina y la cabaletta podían ser duetos o ensambles que también se interpretaban como piezas independientes en recitales o en los conciertos públicos. De hecho, durante el siglo 19 en Colombia el repertorio que más se interpretaba en las sociedades musicales y en los recitales privados eran oberturas (piezas instrumentales en forma sonata) y otras selecciones de las óperas del bel canto. Otro autor de gran popularidad en Europa y América fue Carl Maria von Weber, cuya ópera Der Freischütz (El cazador furtivo, 1821), basada en una historia del folclor alemán sobre un cazador que hace un pacto con un demonio, es considerada la primera ópera del romanticismo alemán.

La ópera romántica alcanza su mayor desarrollo con las óperas de Giuseppe Verdi y ; Verdi, italiano, continuó con la tradición del bel canto enfocándose en el aspecto dramático, para lo cual empleó libretos basados en el teatro de Shakespeare, preservando las cualidades melódicas y los grandes desarrollos de la técnica vocal italiana. Wagner, un alemán, buscaba por su parte la unión total y el balance entre la música, el drama y la mitología (como Weber); esto implicó limitar la preeminencia de la voz típica de la ópera italiana. Wagner buscaba una “melodía perpetua” en donde las secciones de cada acto están conectadas entre sí por medio de secciones instrumentales extensas y diseñó un auditorio en el que la orquesta estaba ubicada debajo del escenario, de manera que la audiencia sólo escuchaba la música misteriosa que llenaba el espacio.

En sus dramas musicales (Wagner no llamaba “óperas” a sus obras), Wagner desarrolló una técnica para lograr la unidad temática llamada “” (“motivo guía” en alemán), que consiste en asociar no sólo personajes o lugares sino también objetos, conceptos, símbolos y momentos claves con temas musicales fácilmente identificables, que se pueden transformar para guiar al oyente a través de la acción dramática por medios puramente musicales.

En el Preludio de Tristan e Isolda, una ópera basada en una historia de amor medieval e inspirada en la filosofía de Schopenhauer y Nietzsche, podemos escuchar varios de los  de la ópera: el primero es el de la poción de amor que Isolda le da a beber a Tristán para que se enamore de ella, el cuál está compuesto por dos frases que más adelante se identifican con Tristan e Isolda respectivamente. El lenguaje armónico del Preludio a Tristán e Isolda, y de este motivo en particular, es uno de los ejemplos más notables del cromatismo de finales del siglo 19.

La ópera italiana se convirtió en el género favorito de las audiencias de la Nueva Granada. Además de las oberturas y selecciones del repertorio del bel canto y de las obras de Verdi interpretadas por las orquestas nacionales, algunas compañías de ópera y  provenientes de España e Italia comenzaron a visitar el país a partir de 1874. Una compañía italiana estrenó ese mismo año la primera ópera de un autor colombiano, Ester, de , quien había estudiado en el Conservatorio de Paris con uno de los grandes compositores de ópera en Francia, Charles Gounod. En 1880 otra compañía italiana estrenó Florinda, otra ópera de Ponce de León con libreto de Rafael Pombo. Para fines de 1891 había una gran oferta de ópera en Bogotá, donde en un solo año se produjeron quince óperas, incluyendo El Barbero de Sevilla, de Rossini; Norma, de Bellini; Aida y La Traviata de Verdi; y Carmen de Georges Bizet.

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