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Historia de la orquesta / Unidad 1: El Barroco y el Clasicismo / Géneros y formas

Ópera, tragedia lírica y oratorio

Durante el barroco, la música vocal fue mucho más importante que la música instrumental, tanto en el teatro como en la corte y la iglesia. La ópera, la tragedia lírica, y el oratorio, son los géneros que corresponden a estos tres espacios.

El más importante de estos géneros es la ópera, cuyos orígenes se remontan alrededor de 1600 en el norte de Italia. En sus orígenes, la ópera hacía parte de las celebraciones de carnaval en las cortes y palacios en Florencia y Roma. Más adelante, con la creación de los teatros para el público general, la ópera se expandió por toda Europa y se convirtió en una industria artística de grandes dimensiones, que hoy podríamos comparar con Hollywood (de hecho, muchas de las técnicas dramáticas y formales del cine le deben gran parte de su efecto espectacular a la ópera).

La primera ópera en castellano, La púrpura de la rosa fue escrita por Juan Hidalgo en 1660, con libretto de Pedro Calderón de la Barca; en 1701, Tomás Torreón y Velasco estrenó la primera ópera de América en Lima usando el mismo libreto de Calderón.

La ópera barroca fue el primer género musical en explorar las capacidades expresivas de la voz humana en conjunto con los recursos armónicos y tímbricos de la orquesta. La ópera combina poesía, drama, música, virtuosismo vocal, danza, diseños de escena y vestuario de gran elaboración. A medida que la ópera se convirtió en un arte para el gran público, se comenzaron a desarrollar producciones con “efectos especiales” sorprendentes, como máquinas para hacer que los dioses bajaran del cielo o que los monstruos salieran del centro de la tierra.

Sin embargo, el centro de atención era el virtuosismo de los cantantes, que dio origen a la tradición de los divos y divas, grandes estrellas que siempre se robaban la atención de sus fans. Las óperas se basaban en adaptaciones de mitos o episodios de la historia de Grecia y Roma. El texto de las óperas consiste en un libreto en el que se adapta la historia al contexto moderno.

Para lograr la combinación de teatro y música, los compositores desarrollaron dos técnicas para musicalizar el libreto, el , que es una forma de “cantar hablando” o “hablar cantando”, y el , que es una pieza más parecida a una canción, para un cantante solo o un dueto.

A finales del barroco y durante el clasicismo apareció otro género más popular, la ópera cómica o buffa, que se alejó de los episodios míticos o históricos de carácter trágico de la ópera seria. La ópera cómica usaba escenas cotidianas con argumentos que se basaban en enredos amorosos y conflictos sociales y que siempre terminaban con final feliz.

En Francia, la ópera siguió siendo un género reservado sólo para la corte, conocido como tragedia lírica. Este nuevo género, creado por —músico oficial de la corte del rey de Francia, Luis XIV—buscaba el mismo efecto que la ópera al combinar música, poesía, teatro y especialmente el ballet. Adicionalmente, las tragedias líricas se enfocan más en los aspectos dramáticos y escénicos que en el virtuosismo de sus intérpretes.

Un elemento característico de la tragedia lírica es la , una pieza instrumental en forma binaria que consta de una sección lenta y elegante de textura homofónica con ritmos de negra con puntillo corchea, seguida de una sección más rápida en estilo fugado. En las óperas italianas las oberturas instrumentales eran de forma más libre y pronto se convirtieron en un género autónomo que a su vez sirvió de base para el desarrollo de la sinfonía durante el periodo clásico.

El oratorio es un género sacro o religioso escrito para las celebraciones de la iglesia católica y la protestante. El oratorio, como el Mesías de , combina la participación de la congregación en el coro con elementos tomados de la ópera incluyendo el rol principal del virtuosismo vocal.

En otras palabras, el oratorio es básicamente una ópera con tema religioso como historias del Antiguo Testamento o de las vidas de los santos. Aunque no es dramatizado, el oratorio tiene un argumento narrativo y personajes y emplea los mismos recursos musicales como el recitativo y las arias, además de las partes corales en las que participa la congregación.

La cantata es muy similar a un oratorio con algunas diferencias: no tiene argumento necesariamente, suele ser más pequeña y se usaba como parte del servicio religioso en las iglesias Luteranas de Alemania aunque también podía ser secular. Se estima que escribió más de 300 cantatas, de iglesia y seculares para formatos muy variados, componiendo una o dos cantatas en ciclos de cinco años.

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