Introducción
Compositores, directores e intérpretes
Podemos imaginarnos la orquesta como una gran sociedad en la que cada individuo juega un papel diferente pero igualmente importante, en coordinación con los demás, orientados hacia un propósito común. Esta metáfora fue muy común desde los comienzos de la orquesta en los siglos 18 y 19, así como la imagen de un ejército bien entrenado, un organismo vivo, o un instrumento supernatural.
En todos los casos, el trabajo está dividido entre compositores, directores e intérpretes, además de un equipo de producción que hace posibles los conciertos.
Los compositores parten de una idea musical para desarrollar una composición en la que cada instrumento tiene un lugar especial. Parte de su trabajo consiste en la , es decir, en decidir qué partes de la composición se le asignan a cada sección de la orquesta para lograr una combinación efectiva de timbres y dinámicas. Aunque los compositores suelen ser más reconocidos (especialmente los hombres) que los otros miembros de la orquesta, no podríamos escuchar la música que componen sin los demás miembros.
Los directores tienen el trabajo de conocer a fondo las composiciones y darles vida musicalmente. Esto incluye decidir el tempo y dinámica de cada una de las secciones en todos los momentos para que la ejecución sea clara y ordenada. Gran parte su trabajo ocurre antes del concierto, durante su estudio individual y en los ensayos con la orquesta, pues los directores deben comunicarle claramente a los demás músicos cuál es su visión de la obra como conjunto, indicarles cuál es su rol individual y asegurarse que todos ejecuten la música al mismo ritmo, con buena entonación y afinación, para lograr un buen sonido de grupo.
Los intérpretes son los que, finalmente, dan vida a la composición. Cada músico debe conocer a fondo su instrumento y debe ser capaz de seguir las instrucciones de compositores y directores, escuchar a los otros músicos, y al mismo tiempo aportar un toque personal a la interpretación de las obras. En algunas ocasiones, según lo requiera la composición, algunos instrumentistas (los jefes de sección) también actúan como solistas. En el caso de los conciertos para orquesta y solista se presenta un músico (generalmente invitado) para que la audiencia aprecie sus capacidades técnicas individualmente.
El equipo de producción, que actúa tras bambalinas, también es una parte fundamental de la orquesta; es el que hace posibles los conciertos en términos técnicos y económicos. Estos equipos son el resultado de muchos esfuerzos de organización que, en nuestro país, se remontan a la labor de mujeres dedicadas a la gestión cultural que organizaban eventos musicales por sus propios medios y más adelante de las sociedades musicales como la Sociedad Filarmónica.