Introducción
Historia de la orquesta / Unidad 4: Desde 1967 / Géneros y formas
Música electrónica y electroacústica
Durante las décadas de los cincuenta y los sesenta, los compositores del modernismo de posguerra como los alemanes Karlheinz Stockhausen y Hans Eisler, y los franceses Edgar Varèse, Pierre Schaeffer y Pierre Henry comenzaron a experimentar con las posibilidades musicales que se abrían gracias a las nuevas tecnologías de grabación, reproducción y, especialmente, la creación o generación de sonidos nuevos utilizando solamente equipos electrónicos.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial aparecieron dos nuevas tecnologías que transformaron la forma en la que los compositores hacían música: la cinta magnética—como la de los cassettes—y los generadores de sonido o .
La cinta magnética facilitó la grabación y manipulación de los sonidos. Con la cinta se hizo posible cortar y combinar los sonidos, crear repeticiones y así como alterar la velocidad de reproducción de los sonidos.
Los sintetizadores, por otro lado, permitieron producir casi cualquier sonido imaginable a partir de la combinación de impulsos eléctricos modificados a través de filtros, ecualizadores y otros efectos.
Gracias a estas herramientas, que permitieron a los compositores manipular las cualidades tímbricas y rítmicas del sonido, aparecieron nuevos géneros musicales que se han venido desarrollando desde la mitad del siglo 20. La primera aproximación, basada en el serialismo integral, consistió en diseñar los sonidos utilizando los mismos algoritmos que servían para organizar los otros aspectos de la música, de manera que el timbre de cada sonido estuviera determinado por los mismos principios que el resto de la composición. Otra técnica temprana consistía en emplear grabaciones de sonidos del mundo real y transformarlas por medio de filtros y efectos como aceleración, desaceleración, y la reproducción en reversa.
Estas dos aproximaciones—los sonidos puramente sintetizados y los sonidos grabados y alterados posteriormente—dieron lugar a dos escuelas, la de la música electrónica basada en Alemania con Stockhausen a la cabeza, y la música concreta basada en Paris, en un estudio dirigido por Pierre Schaeffer y Pierre Henry. Pronto, estas dos aproximaciones se unieron en las obras de Stockhausen pero también en las de los italianos Luciano Berio y Bruno Maderna, entre otros, dando origen a la música electroacústica.
En Colombia, la música electroacústica ha tenido gran acogida, especialmente entre compositoras para quienes los nuevos medios ofrecen posibilidades expresivas diferentes, alejadas de la tradición sinfónica que ha estado dominada por la figura del compositor hombre y genio.
La primera compositora colombiana de renombre internacional, Jaqueline Nova, fue también pionera en América Latina en la música electroacústica. Otras compositoras como Alba Fernanda Triana y Ana María Romano continúan con la búsqueda y la experimentación de los nuevos medios musicales.
Hoy, el término música electrónica nos hace pensar primero en música de baile como el EDM, house, trance, etc. Estos géneros le deben gran parte sus herramientas tecnológicas a los experimentos de algunos compositores dedicados a la música académica. Al mismo tiempo, la música electrónica para bailar ha tenido mucha más difusión y éxito comercial que la música académica o “experimental”. Como ha ocurrido en diferentes momentos en la historia, las dos tradiciones no son necesariamente opuestas, y los unos constantemente aprenden de los otros.
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Con la aparición de los computadores y su rápida evolución en los últimos treinta años, la música electrónica también se ha transformado sorprendentemente. El primer sistema digital que transformó la forma en la que se produce y se ejecuta la música de sintetizadores es el sistema MIDI, que permite sincronizar diferentes instrumentos y controlar varios efectos desde un solo teclado o interfaz, de manera que el intérprete tiene casi una infinidad de posibles sonidos a su disposición, con solo presionar un botón.
Hoy, la música electrónica se produce en un computador personal, usando programas y secuenciadores para grabar, editar, y reproducir los sonidos. Los sintetizadores pueden interactuar con músicos en vivo a través de algoritmos que producen música sin la ayuda directa de otros músicos.
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